“El Camino de Santiago empieza en la puerta de tu casa, independientemente de donde vivas.”
A través del juego interactivo, nos hemos acercado al legado del Camino de Santiago dejando clara la influencia que han tenido los caminos de peregrinación sobre el desarrollo comercial y económico y su influencia a nivel cultural.
El Camino de Santiago se ha mantenido a lo largo de los siglos gracias a su interés religioso y cultural europeo, que ha conservado sus rutas y todo lo que le rodea: pueblos, actividades comerciales y económicas, culturales, etc.
El Camino de Santiago facilitó el tránsito e intercambio cultural, social y económico entre España y los países limítrofes gracias al trasiego de los peregrinos, que por aquel entonces se llamaban “francos”, aunque no fueran franceses.
Se hizo necesario crear un marco legal para regular la práctica mercantil, por lo que en 1095, el Conde Ramón de Galicia decretó el “Derecho de los Francos”.
El desarrollo paulatino de los caminos favoreció la creación de pedanías y aldeas, al abrigo de las posadas y los mesones que iban abriendo para abastecer a los peregrinos, así como la creación de hospitales para atenderles, la mejora de las vías de comunicación, bien fueran puentes o calzadas, así como la renovación de las antiguas rutas romanas, como en el caso de la Vía de la Plata.
La dinamización económica supuso, por un lado, el desarrollo de distintos gremios de artesanos que trabajaban en las nuevas construcciones, y por el otro, el intercambio comercial de productos locales, con el desarrollo de una oferta de servicios dirigidos al peregrino, como hospitales y posadas, sin olvidar el nacimiento de mercados y ferias de ganado que propulsarían la economía xacobea.
La Plaza del Obradoiro se denomina de ese modo debido a que, durante la construcción de la catedral, los maestros canteros (obradores) se ubicaron ahí para poder trabajar la piedra.